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El Aveyron francés se encuentra en pleno corazón de la región de Midi-Pirinees y cuenta con muchos atractivos. Por un lado naturales: tres grandes valles lo cruzan de este a oeste (los valles de los ríos Lot, Aveyron y Tarn), lo que permite hacer múltiples deportes de aventura: senderismo, BTT, deportes de aguas bravas y canoing, cicloturismo, pesca, paseos en barco, escalada e incluso parapente.
Para los amantes del turismo monumental, destaca la impresionante ciudad de Rodez, la ciudad medieval de Conques, las ciudades medievales de Villefranche-de-Rouergue y Najac, certificadas ambas como “Pays d’Art et d’Histoire des Bastides du Rouergue”, el Viaducto de Millau, las grutas de Roquefort y la abadía de Sylvanès.
Personalmente, descubrí esta zona cuando me fui seis meses y medio a estudiar francés y trabajar a Najac. Ese hermoso pueblo entre montañas me acogió cordialmente todo el verano del 2004 y me permitió hacer de campamento base para recorrer toda la región del sur del Aveyron y disfrutar de su entorno montañoso, la naturaleza y la calidez de sus gentes.
El pueblecito está colgado en la cresta de una montaña y al final de la calle principal encontramos su imponente castillo (que despierta cada mañana entre brumas). Justo un poco más abajo vemos los meandros del Río Aveyron,
Como curiosidad comentar que allí descubrí que el Castillo de Najac (que data del s.XIII) es obra de Alfonso de Poitiers (hermano del Rey San Luis) y fue alojamiento de los últimos templarios que quedaron encerrados en sus mazmorras hasta su detención en 1307. Posteriormente fue un castillo cátaro también.
No os podéis perder el 24 de agosto la Fiesta de San Bartolomé y de la fouace. Es un homenaje a la fouace (bizcocho medieval) trenzado y adornado con flores. Es un bizcocho gigante que hacen desfilar por las calles antes de ser degustado por todos los habitantes de Najac.
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